Por:
Adolfo Nuñez, Extensionista Zona Norte de Cenipalma
Gabriel Enriquez, Responsable de Extensión de Cenipalma
Ubicado en el corazón del suroccidente del Atlántico, Repelón narra una historia de resiliencia y colaboración inquebrantables. Desde 2020, la palmicultura se ha establecido como un catalizador de reactivación económica, impulsada por una alianza estratégica entre la Gobernación del Atlántico y el Grupo Empresarial Oleoflores. Este proyecto, centrado en el Distrito de Riego del Guájaro, no solo ha rehabilitado tierras áridas, sino que también ha infundido esperanza en las comunidades rurales.
Un territorio renovado
Dotado de suelos fértiles y respaldado por el embalse del Guájaro, que abarca 16.000 hectáreas, el municipio de Repelón ha encontrado en la palma de aceite una vía para su reinvención. El Núcleo Oleosur, operado por Promotora Hacienda Las Flores, ha sido fundamental en esta transformación. Actualmente, 115 productores cultivan 1.037 hectáreas de tierra, de las cuales el 61 % pertenecen a pequeños agricultores. La mayoría de estas plantaciones (82 %) son menores de tres años y el 94 % ha utilizado variedades de Elaeis guineensis, mientras que un 6 % del área ha optado por el cultivo híbrido OxG. Además, se promueven otros proyectos productivos como el limón tahití y el plátano para diversificar la producción agrícola.
Pero este renacimiento no se limita al aspecto agronómico. Las asociaciones Asopalrep (63 % de los productores), Asopalren (24 %) y Asoculpare (13 %) han creado una red de colaboración que fortalece el tejido social comunitario. “Antes competíamos por recursos escasos; hoy compartimos conocimiento”, señala Manuel Pernett, productor líder de la asociación Asoculpare.

Gracias a la favorable disponibilidad de recursos hídricos y la vocación agrícola del municipio, el Núcleo Oleosur se desarrolla de manera ordenada y planificada, siguiendo los más altos estándares de manejo e implementación de prácticas agrícolas sostenibles, con el objetivo de convertir el cultivo de palma en un motor de desarrollo para la región y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, conectando comunidades históricamente marginadas con los mercados formales.
Un modelo replicable
Para ampliar este éxito, Cenipalma, a través de su Dirección de Extensión en la Zona Norte, liderará un acompañamiento integral al Núcleo Oleosur mediante la ejecución de un Plan Estratégico de Asistencia Técnica, que incluirá la creación de un Plan Operativo de Actividades (POA) para 2026. Esta iniciativa busca reforzar las capacidades del equipo técnico local con estrategias innovadoras que promuevan la productividad y la sostenibilidad ambiental y social, así como el manejo fitosanitario de las plantaciones. Además, durante 2025 se llevarán a cabo talleres participativos, diseñados en consenso con los productores, para abordar desafíos clave en la optimización del recurso hídrico, manejo de la fertilización, conservación de suelos y aguas, e iniciación de una cultura palmera.
Repelón demuestra que la transformación agrícola requiere más que recursos: exige visión, colaboración y adaptación. Con un enfoque en inclusión, innovación y sostenibilidad, este proyecto no solo revitaliza tierras, sino que construye futuros. Como afirma Elvis J. Rojas, Jefe de operaciones agrícolas de Oleoflores: “Aquí, cada palma sembrada es un paso hacia la equidad”.

