martes, 18 de noviembre de 2025 - ISSN en línea 2744-8274

Renovación de palma sin eliminar el cultivo viejo: una práctica costosa e ineficiente

Renovación de palma sin eliminar el cultivo viejo: una práctica costosa e ineficiente
Foto: Harold Tapias

*Edición especial abril de 2025

Razones económicas llevan a muchos palmicultores a renovar manteniendo un porcentaje de las palmas viejas en pie mientras crece la nueva siembra. esta práctica conocida como “underplanting” o entresiembra, afecta severamente el rendimiento de las palmas jóvenes.

En el uso del fertilizante por el nuevo cultivo, con­siderando la toma de nutrientes por parte de la palma vieja.

De otra parte, la práctica de establecer una nueva plantación debajo de un cultivo viejo, re­presenta un riesgo frente a Strategus aloeus. Sus larvas se desarrollan principalmente en los estí­pites y residuos de las palmas eliminadas que se encuentran en estado de descomposición.

S. aloeus causa afectaciones que pueden lle­gar a comprometer el 100% de las palmas nue­vas. Los adultos de esta plaga barrenan el bulbo de las plantas jóvenes. Los mayores ataques se presentan hasta los 4 años en cultivares Elaeis guineensis y hasta los dos años en los híbridos interespecíficos OxG.

Si la renovación se hace dejando en pie palmas afectadas por enfermedades como pudrición del cogollo o marchitez letal, el riesgo de que la nue­va plantación se vea afectada es muy probable, pues se mantiene la presencia del agente causal.

La salida: renovar eliminando la totalidad de las palmas en los lotes para establecer la nueva siembra.

La palma de aceite es uno de los cultivos más rentables en Colombia y, si bien, los palmiculto­res enfrentan retos económicos y fitosanitarios, sus bondades son tales que bien vale la pena, cuando llega el momento, ya sea por edad o por afectación fitosanitaria, hacer el esfuerzo de una renovación que le brinde a la nueva siembra los cuidados y la inversión que esta requiere para ser productiva.

En el análisis de cuándo y cómo renovar de­ben involucrarse criterios técnicos y económi­cos, según lo advierte Rodrigo Ruiz, quien invita a los palmicultores a tener en cuenta que con la renovación comienza un “nuevo negocio” que re­quiere toda la atención en su manejo y cuidados.

Renovar trae beneficios

Tumbar totalmente las palmas, picar y esparcir los trozos o tajadas de estípite es una práctica que genera un ambiente adecuado para las palmas jóvenes, favoreciendo el reciclaje de nutrientes y además se reduce el riesgo de presencia de plagas como Strategus aloeus que pueden causar daños significativos a las nuevas plantaciones.

Renovar brinda una serie de oportunidades, entre las que se encuentran:

  • Establecimiento de cultivares más productivos.
  • Adecuación del suelo, tanto desde el punto de vista físico, como químico y biológico.
  • Establecimiento de Unidades de Manejo Agronómico -UMA-, lo cual permite que haya una relativa homogeneidad en las variables que afectan la productividad: clima, suelo, agua, cultivar de siembra, edad e historial de manejo.
  • Corregir los errores que se pudieron cometer en el cultivo viejo.

Renovar sin eliminar el cultivo viejo: una práctica costosa e ineficiente

  • La sombra de las palmas viejas reduce la luz y retrasa el crecimiento del cultivo nuevo.
  • La competencia por agua y nutrientes limita el desarrollo de las palmas jóvenes.
  • La producción de racimos de fruta fresca se disminuye y se afecta la rentabilidad.
  • Se aumentan los costos de manejo.
  • Si la renovación se realizó por presencia de enfermedades, existe el riesgo de que el problema permanezca en el lote y afecte la nueva siembra.
  • Se incrementan las poblaciones de Strategus aloeus, con un mayor número de galerías, que terminan en posibles casos de pudriciones de estípite.


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