En el marco del segundo día de la edición número 53 del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, realizado en Cali, se llevó a cabo uno de los espacios más significativos del evento: el conversatorio “Experiencias exitosas en relevo generacional en empresas palmeras”, una oportunidad para visibilizar los procesos de transición entre generaciones que hoy fortalecen al sector palmicultor.
El escenario reunió a familias palmeras que, desde distintos territorios del país, compartieron sus historias de vida, en un diálogo moderado por Carlos José Murgas Dávila, palmicultor de segunda generación del Grupo Oleoflores y Presidente de la Junta Directiva de Fedepalma.
#AEstaHora abordamos un tema crucial para la sostenibilidad del sector: el Relevo Generacional en la palmicultura colombiana con experiencias exitosas en empresas del sector en diferentes zonas. En el #53CongresoPalmero trabajamos por un futuro donde la tradición y la innovación… pic.twitter.com/ge2PrF69Yu
— Fedepalma (@FedepalmaOrg) June 12, 2025
Entre los invitados estuvieron:
Gabriel Vallecilla y su hijo Erick Lian Vallecilla, productores de menor escala del municipio de Tumaco, Nariño, quienes resaltaron cómo la tradición familiar ha sido clave para mantener la productividad pese a los retos sociales de la región.
Betty Jaimes y su hijo Gustavo Gutiérrez, representantes de la empresa Ipacarai, ubicada en Puerto Wilches, Santander, quienes han logrado integrar la experiencia con el enfoque técnico de los más jóvenes para impulsar procesos de innovación.
Roberto Herrera Lara y Luis Fernando Herrera Obregón, de la empresa Guaicaramo, situada en el piedemonte de los Llanos Orientales, que expusieron cómo la planificación temprana y la organización familiar han sido fundamentales para asegurar una transición armónica y sostenible.
Durante la actividad, los panelistas coincidieron en la importancia de preparar a las nuevas generaciones desde temprana edad, fortalecer sus capacidades técnicas y empresariales, establecer mecanismos claros de gobernanza familiar, y fomentar el uso de tecnología como motor de desarrollo en el campo.
Además, más allá de compartir buenas prácticas, este espacio dejó claro que el relevo generacional no solo es una necesidad, sino una oportunidad para reinventar el agro colombiano desde las raíces, asegurando la permanencia del conocimiento, el arraigo territorial y la visión empresarial de cara al futuro.