Palma táparo, Attalea amygdalina, en el Jardín Botánico de New York. Esta especie, que está en peligro de extinción, fue muy utilizada por los primeros colonizadores del Quindío. Fotos: Alberto Gómez Mejía
Colombia tiene una superficie total de 2.127.951 km², de los cuales 1.139.951 km² corresponden al territorio continental (Ideam, Igac, Iavh, Invemar, I. Sinchi e Iiap, 2007) y 988.000 km² al área marítima (Colciencias, DNP-Cco, 1980). A su turno, el departamento del Quindío tiene 1.931 km² (Igac, 2013), que equivalen al 0,16 % del territorio nacional. La localización de este departamento en la ladera occidental de la cordillera Andes de Quindío, con todas las circunstancias ecológicas favorables (pertenencia a la zona intertropical, suelos con cenizas volcánicas, especiales condiciones climáticas y presencia relativamente reciente de población humana, entre otras), ha hecho de esta región un sitio excepcionalmente biodiverso, como se refleja, por ejemplo, en estos datos de las 23 especies de la familia Palmae que ocurren aquí, con indicación de la categoría de amenaza:
Nombre científico |
Nombre común |
Cat. |
Aiphanes concinna H. E.Moore |
Mararay abanico |
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Aiphanes horrida (Jacq.) Burret |
Corozo |
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Aiphanes simplex Burret |
Corozo |
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Attalea amygdalina Kunth |
Táparo |
EN |
Attalea butyracea (L. f.) Wess.Boer |
Palma de vino |
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Bactris gasipaes var. chichagui (H. Karst.) A. J. Hend. |
Chontaduro |
VU |
Ceroxylon alpinum DC. |
Palma de cera de zona cafetera |
EN |
Ceroxylon parvifrons (Engel) H. Wendl. |
Palma de cera de hoja curvada |
VU |
Ceroxylon quindiuense (H. Karst.) H. Wendl. |
Palma de cera del Quindío |
EN |
Ceroxylon vogelianum (Engel) H. Wendl. |
Palma de cera crespa |
VU |
Chamaedorea linearis (Ruiz & Pav.) Mart. |
Inguanul |
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Chamaedorea pinnatifrons (Jacq.) Oerst. |
Palma molinillo |
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Chamaedorea tepejilote Liebm. |
Pacaya |
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Desmoncus orthacanthos Mart. |
Atajadanta |
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Euterpe longivaginata Mart. |
Palmiche |
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Geonoma frontinensis Burret |
Guasipanga |
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Geonoma interrupta (Ruiz & Pav.) Mart. |
Colegallo |
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Geonoma orbignyana Mart. |
Maraya |
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Geonoma solitaria (Engel) Jahn ex A.W. Hill |
Cola de pescado |
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Geonoma undata Klotzsch |
Chalar |
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Prestoea acuminata (Willd.) H. E. Moore |
Palmito |
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Syagrus sancona (Kunth) H. Karst. |
Sarare |
VU |
Wettinia kalbreyeri (Burret) R. Bernal |
Palma macana |
Nota: EN: en peligro. VU: vulnerable.
Si se hace una relación con el contexto mundial, se sabe que Colombia tiene 264 palmas nativas, por lo cual ocupa el tercer lugar en diversidad de esta familia, después de Malasia y Brasil. De esta manera, el Quindío, con menos del 1 % del territorio, tiene 23 especies, casi el 10 % de las palmas nacionales. Por contraste, toda Argentina 11 especies, Estados Unidos 13, Europa continental ninguna, Suráfrica 5.
Lamentablemente, el sistema educativo colombiano no involucra la enseñanza de la biología y la ecología locales, lo cual da como resultado que la casi totalidad de los habitantes de este país desconozca la realidad ambiental circundante. Es así como solo unos cuantos eruditos distinguen nuestras palmas. Esta es la razón por la cual la palma Areca (Dypsis lutescens), oriunda de Madagascar, esté sembrada profusamente en parques, centros comerciales y antejardines en muchas regiones de Colombia; que la
palma Canaria (Fenix canariensis), proveniente de África insular, y la Washingtonia (Washingtonia filifera), de Norteamérica, las hayan plantado en muchos sitios de Bogotá; o que la palma Bismarckia (Bismarckia nobilis), también de Madagascar, y la palma Reina Alejandra (Archontophoenix alexandrae), de Australia, se hayan enseñoreado en fincas y avenidas de climas cálidos y templados de todo el país. Las palmas nativas colombianas, muchas de ellas muy ornamentales, brillan por su ausencia.
Se estima que, de las especies de palmas de Colombia, el 20 % tiene alguna categoría de amenaza, y de las que se encuentran en el Quindío, casi una tercera parte. El panorama es sombrío porque muy pocos viveristas y emprendedores las reproducen y cultivan y, menos aún, las reintroducen en sus áreas de distribución original. El Quindío es una excepción por el esfuerzo que está realizando el Jardín Botánico con la Colección Nacional de Palmas Nativas, que ha recibido el apoyo y la ayuda de Fedepalma y Cenipalma. La entidad ha organizado además un vivero de proyecciones gigantescas con las palmas de Colombia. Así se está sembrando realmente el futuro.
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Nota: este artículo hace parte de una serie de documentos relacionados con los usos de las palmas nativas de Colombia, y del convenio interinstitucional 060/16 de 2020 entre Fedepalma, Cenipalma y el Jardín Botánico del Quindío, con el cual se está realizando un intercambio científico para el cuidado de las palmas en el país.