En reconocimiento a su destacada labor investigativa en el campo de la fitopatología, Juan Manuel López Vásquez, miembro del equipo de Fitopatología de Cenipalma, fue galardonado con el Premio Nacional de Fitopatología Rafael Obregón 2025 – Categoría Profesional.
El reconocimiento fue otorgado por el trabajo titulado: “Dinámica temporal de concentraciones aéreas de basidiosporas de Ganoderma y su relación con condiciones ambientales en palma de aceite (Elaeis guineensis)”, desarrollado en colaboración con los investigadores: Sandra Y. Castillo, León F. Zúñiga, Greicy A. Sarria y Anuar Morales-Rodríguez. Esta investigación aporta valiosos conocimientos sobre la interacción entre factores ambientales y la dispersión de patógenos, fortaleciendo las estrategias de manejo sanitario en el cultivo de palma de aceite.
Como parte de este reconocimiento, El Palmicultor conversó con Juan Manuel López Vásquez, Investigador Asociado de Cenipalma, para conocer más sobre los hallazgos, retos y proyecciones de su trabajo galardonado. Esto fue lo que nos compartió:
¿Qué motivó la investigación sobre los mecanismos de dispersión aérea de Ganoderma en palma de aceite?
Debemos empezar por aclarar que todo plan o estrategia de manejo de enfermedades debe partir de un conocimiento base del ciclo infectivo del patógeno y su interacción con el hospedante y el medio ambiente que lo rodea. En el caso de la Pudrición Basal del Estípite (PBE), aún existen muchas incógnitas en cuanto a los procesos infectivos de Ganoderma en palma de aceite y, a pesar de los avances en los métodos de detección y diagnóstico de la enfermedad, hasta el momento ha sido casi imposible detener o mitigar su avance a nuevas áreas cercanas donde se inició el brote. Aquí es donde la identificación de los mecanismos de dispersión de un patógeno juega un rol importante, ya que el conocimiento de estos mecanismos permite estructurar planes de manejo más efectivos y mejor enfocados en su búsqueda de un control aceptable de la enfermedad.
¿Cómo fue posible la caracterización de estos mecanismos de dispersión?
Anteriormente se conocía que el proceso infectivo de la PBE, en una planta sana iniciaba a través del simple contacto entre raíces infectadas de palmas enfermas vecinas. Sin embargo, estudios realizados en Indonesia y Malasia, evidenciaron que las basidiosporas de Ganoderma también tenían la capacidad de iniciar todo el proceso infectivo en tejidos expuesto de palma de aceite sin necesidad de provenir del suelo, lo que implicaba estudios aéreos más detallados que permitieran la cuantificación de esporas liberadas. Partiendo de estos estudios, nosotros utilizamos una serie de captadores volumétricos instalados a diferentes alturas (1, 4, 7 y 10 metros) que permitieran el muestreo continuo de esporas suspendidas en el aire al interior de un lote altamente afectado por PBE y conocer a mayor profundidad los eventos relacionados con la dispersión de este patógeno.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos del estudio y su relevancia para el manejo fitosanitario en el cultivo de palma?
Los hallazgos del estudio permitieron identificar que es posible encontrar una concentración alta de basidiosporas inclusive a alturas superiores de 10 metros incrementando las posibilidades de que las esporas puedan ser transportadas a largas distancias por corrientes de viento más fuertes, sobre todo en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo. Además, se encontró que la mayor descarga de esporas es más frecuente en horarios nocturnos que diurnos permitiéndole al patógeno un mayor porcentaje de sobrevivencia de sus esporas al evitar la exposición directa de la radiación solar.
¿Qué aportes o aplicaciones concretas puede tener este trabajo en el campo para los productores?
El hecho de que los procesos de diseminación de la enfermedad se encuentren también involucradas las basidiosporas del patógeno implica replantear los métodos de detección y monitoreo oportuno no solo en plantaciones afectadas por PBE sino también, plantaciones cercanas o colindantes a estas. Para ello, los productores deben capacitar a todo el personal sanitario en la identificación y eliminación inmediata de los estados iniciales de los basidiocarpos (estructura del hongo Ganoderma que produce y libera las basidiosporas) con la finalidad de evitar, en la medida de lo posible, la descarga nocturna de una cantidad considerable esporas al ambiente que genere la diseminación del patógeno a nuevas áreas. Es importante señalar que este tipo de prácticas deben ir siempre acompañadas por todo el proceso recomendado por Cenipalma para la eliminación de palmas afectadas por PBE y la extracción de raíces del suelo con el fin de disminuir la cantidad de inóculo disponible.
¿Esta investigación contó con la participación de palmicultores afectados por esta problemática?
Sí, es importante señalar que este estudio fue realizado en el marco del proyecto denominado “Desarrollo de un sistema integrado de manejo agronómico para el cultivo de la palma como respuesta a los efectos de la variabilidad climática en el departamento del Cesar”, propuesto por Cenipalma y cofinanciado con recursos del Sistema General de Regalías (SGR). Este proyecto se ejecutó en respuesta a una necesidad sentida e inmediata de buscar alternativas de manejo al estrés ambiental generado por la variabilidad y el cambio climático que terminan afectando la palma de aceite y la sostenibilidad de la cadena productiva.
¿Cómo fue el proceso de evaluación para otorgar este reconocimiento y qué representa para usted a nivel profesional?
Este trabajo fue presentado en el IV Congreso Internacional de Fitopatología y XXXV Congreso Colombiano de Fitopatología y Ciencias Afines – ASCOLFI, el cual se celebra cada dos años con la asistencia de ponentes nacionales e internacionales en temas relacionados en el estudio de enfermedades en plantas. Durante este congreso un panel de jurados evalúa calidad, pertinencia y relevancia de las propuestas presentadas y otorga un único reconocimiento de acuerdo con la categoría en la que participa (profesional o estudiante). Este premio no solo motiva a todo un equipo de investigadores para seguir generando soluciones a las problemáticas sanitarias de la palmicultura en Colombia, sino que también resalta y reconoce el esfuerzo de un gremio por seguir apostando en la generación de investigación pertinente y de calidad.
