Nicolás Pérez Marulanda asumió en pleno el cargo de Presidente Ejecutivo de Fedepalma a partir del 11 de agosto de 2021.
Economista de la Universidad de los Andes con maestría en Políticas Públicas y Desarrollo, que le gustan los deportes de alto impacto, el jazz, admirador del colombiano y el campo, tuvo un diálogo con El Palmicultor para darle una cálida bienvenida a esta publicación y entregar un mensaje a nuestros lectores sobre su llegada a la dirección del gremio y las expectativas que tiene frente a un sector fortalecido en Colombia.
Lo que veo es que tiene una gran ventaja y un gran potencial. Por una parte, es un sector que se desarrolla en una gran cantidad de regiones del país y, por ende, tiene un impacto en las economías y en las comunidades regionales que son muy valiosas en el caso colombiano. Particularmente se ha localizado en zonas difíciles, donde normalmente hay poca presencia de otros sectores económicos, luego, el valor de la palmicultura está en buena medida, en dónde está ubicada.
Por otra parte, es una industria que se ha desarrollado alrededor de agricultores y empresas formales, y genera muchas oportunidades de trabajo a nivel local, en su inmensa mayoría formales. Este es otro activo grande.
Otro aspecto que destaco es su vocación de atender tanto al mercado nacional como al internacional, una creciente proyección de mercado internacional que hace 20 años no se tenía y que ha ido posicionando progresivamente a la palmicultura como símbolo de Colombia en el exterior.
Las principales fortalezas están en la base que se ha ido construyendo a lo largo de estos casi 60 años de historia de palmicultura en Colombia, donde se ha logrado presencia en distintas regiones del país y se ha llevado empleo y actividad económica a zonas apartadas de nuestra geografía, en las cuales no hay muchas alternativas lícitas para el desarrollo de las comunidades.
A su vez, el reto está en diferenciar a Colombia de una serie de estigmatizaciones y mensajes negativos que se han construido alrededor de la palma de aceite en el planeta, por ejemplo, temas como el impacto ambiental del cultivo que ha sido evidenciado en otras partes del mundo y que para el caso colombiano no aplica. Es muy importante enseñar, tanto a consumidores como a empresarios internacionales, cómo hacemos la palmicultura en Colombia y, de esa manera, garantizar que no se nos equipare a las prácticas que desafortunadamente se realizan en otros países y de las cuales Colombia se quiere separar definitivamente.
Consolidar a Colombia como origen sostenible de producción de aceite de palma. Esto es muy importante por dos razones: por una parte, porque va a permitir al sector crecer de forma sostenible en el largo plazo, porque nos va a dar acceso a más mercados tanto nacionales como internacionales; por otra parte, porque esto va a garantizar mejores ingresos y mayor rentabilidad para los productores, en la medida que podamos vender mejor el aceite de palma para los distintos usos, que actual y potencialmente tenga en el futuro.
Mi misión es inspirar a la gente, sacar de cada uno lo mejor que tiene. Es una tarea de liderazgo que es muy importante llevar a todas las dimensiones de la vida. En el caso de Fedepalma es claro cómo conecta porque es una organización muy grande, que tiene un talento humano muy rico. Lo importante es motivar a las personas a que contribuyan a una causa común: sacar adelante a la Federación y al sector palmicultor colombiano.
La primera, que es muy obvia, es que hagamos una transición en el liderazgo de Fedepalma, que sea muy orgánica, muy natural, que no altere el trabajo que cada uno de los colaboradores viene haciendo.
La segunda es construir una visión común para la palmicultura. Esta se desarrolla en regiones distintas, con culturas diferentes, con realidades diferentes, pero es muy importante tener una visión común que nos permita remar a todos hacia el mismo lado. La tercera prioridad es motivar a dar lo mejor de cada uno para alcanzar esos objetivos.
Cenipalma es uno de los principales activos que tiene este sector. La investigación y el desarrollo son la base del crecimiento, a largo plazo, de los sectores. Gracias a Cenipalma, por ejemplo, se han podido atender problemas sanitarios que han sido críticos como la enfermedad de la Pudrición del cogollo. Adicionalmente, ha logrado identificar nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
Lo primero, es dar un mensaje de reconocimiento y agradecimiento a su labor, por el trabajo que han venido desarrollando en las distintas zonas palmeras, trayendo oportunidades económicas y sociales. El segundo, es que esta va a ser una Federación cercana a los palmicultores, que ayuda a reconocer las distintas realidades en las cuales se desarrolla la palmicultura en Colombia que está en varias regiones del país, que enfrenta a sus propios retos, que tiene diferentes ventajas y potenciales. Entonces, el compromiso nuestro es estar cerca a ellos para construir esa visión común que nos permita alcanzar los objetivos que nos tracemos.
Es importante que Colombia se diferencie de los mensajes negativos que se han construido alrededor de la palma de aceite del planeta. El sector palmero colombiano tiene gran potencial, pero el factor sostenibilidad es el norte que nos destaca y ratifica.