Por:
Mónica Silva Saldaña, Colaboradora de Fedepalma
Ximena Mahecha Anzola, Directora Ejecutiva de la Corporación APSColombia
Los integrantes del Núcleo Loma Fresca han marcado un hito en la palmicultura colombiana al convertirse en el primer Núcleo Palmero del país en recibir la certificación en las normas Fedepalma NE001 y NE002, y la distinción de ser Productores de Aceite de Palma Sostenible de Colombia.
Jefferson Alberto Ciro Jara, palmero de segunda generación, ubicado en San Pablo, sur de Bolívar, fue uno de los certificados en el estándar de cultivo APSColombia. Su determinación para comenzar este proceso se originó debido a la iniciativa del Núcleo de la Extractora Loma Fresca, la cual les mostró el camino.
En un comienzo, empezaron por el sueño de tener un incentivo económico; sin embargo, al ir avanzando, se fueron dando cuenta de que los beneficios a largo plazo no son solo económicos, sino que principalmente están relacionados con el ámbito social y ambiental.
Hoy en día estamos certificados, tenemos a nuestros colaboradores formalizados, podemos pagar salarios justos y todas las prestaciones justas. Además, cuidamos el suelo, cuidamos el medio ambiente y eso, más que un incentivo económico, que no sé si llegue o no llegue, es suficiente para continuar ese camino y sostenerlo, porque no es solamente esta certificación, sino seguir avanzando.
Jefferson Alberto Ciro Jara, palmero de segunda generación de San Pablo, sur de Bolívar.
En lo que respecta a la producción sostenible del aceite de palma, Ciro reconoce que existe una tendencia desde el comercio y que los mercados internacionales están exigiendo este tipo de producciones; por lo tanto, desde su labor de palmicultor, quiere estar un paso adelante. Debido a esta demanda del mercado, invita a todos los productores a comenzar a educarse en este tema, el cual, al principio parece ser tarea muy complicada, pero se puede ir avanzando poco a poco.
Después de todo el tiempo dedicado a la puesta en marcha de las prácticas para obtener la certificación en las normas mencionadas anteriormente, para Ciro, los beneficios más importantes que se alcanzan, definitivamente, son los impactos positivos en lo social y ambiental.
Cuidar nuestro recurso hídrico, cuidar nuestro suelo para capturar carbono, no solo debe ser un requisito de sostenibilidad, sino un requisito moral: dejar una tierra para nuestros hijos y nuestros nietos, que aún siga siendo productiva. Ese debe ser el principal incentivo.
Jefferson Alberto Ciro Jara, palmero de segunda generación de San Pablo, sur de Bolívar.
Y por todo ese valor que Ciro vio en el proceso de certificación APSColombia por el que pasó, este joven palmicultor invita a los demás productores que se certifiquen bajo este esquema, porque nuestro aceite tiene todo el potencial de convertirse en otro producto emblemático del país:
Así como alguna vez el café empezó a ser reconocido en el mundo, hoy también el aceite colombiano puede ser reconocido mundialmente. Así, los colombianos en el exterior se pueden sentir orgullosos de la producción agropecuaria del país, principalmente de la palma de Colombia.
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