Por:
Maribel Teatín García, Asistente de Comunicaciones en la Zona Oriental
Camila Andrea Zamudio, Ejecutiva en Sistema de Gestión Integral – SGI de Luker Agrícola S. A. S.
Con el fin de reconocer el trabajo de las empresas palmeras en pro de la fitosanidad e inocuidad en la producción de palma de aceite, el Instituto Colombiano Agropecuario, (ICA), hizo entrega de la certificación en Buenas Prácticas Agrícolas, (BPA) a la empresa Luker Agrícola S. A. S., dedicada al cultivo de palma de aceite y cacao, ubicada en el municipio de Villanueva, Casanare.
Esta certificación se otorgó de acuerdo con los requisitos establecidos en la Resolución ICA 30021 de 2017 Y 82394 de 2020.
Esta distinción, concedida por un período de dos años, refleja el compromiso de la empresa con la excelencia en sus prácticas agrícolas y su constante búsqueda de la mejora continua, esta certificación se suma a las ya existentes como la RSPO y APSColombia.
Este logro no solo consolida la posición de Luker Agrícola S. A. S., como un referente en el sector palmicultor a nivel nacional, sino que también resalta su compromiso con la calidad e inocuidad de sus productos agrícolas. Entre los aspectos más relevantes abordados por esta certificación se encuentran la gestión eficiente de instalaciones, equipos, utensilios y herramientas, así como el manejo responsable de aspectos ambientales como el recurso hídrico, los residuos sólidos y líquidos, y la protección de suelos y polinizadores.
Las BPA son un conjunto de principios y recomendaciones técnicas enfocadas en disminuir los riesgos físicos, químicos y biológicos en la producción primaria para lograr la sostenibilidad ambiental, económica y social para los procesos productivos. Además, estas prácticas buscan promover la sanidad, la protección del medio ambiente, y la calidad e inocuidad de la explotación agrícola.
¿Por qué es importante esta iniciativa?
Es una forma de validar, mejorar y demostrar las capacidades y compromisos que tiene la empresa desde la calidad, la seguridad y la sostenibilidad, promoviendo la sanidad, la protección del medio ambiente, la calidad e inocuidad de la explotación agrícola, tiene como ventaja competitiva en los mercados nacionales e internacionales y contribuye con el fortalecimiento de la reputación de la agroindustria de la palma de aceite a nivel nacional.
Los aspectos que se tuvieron en cuenta para la certificación, de acuerdo con la Resolución 30021 de 2017 son:
- Áreas de instalaciones: la empresa debe contar con instalaciones sanitarias, áreas de almacenamiento de insumos agrícolas, de dosificación y preparación de mezclas de dichos insumos, asimismo, áreas de acopio transitorio de productos cosechados., áreas destinadas al bienestar de los trabajadores y al almacenamiento de equipos, utensilios y herramientas.
- Equipos, utensilios y herramientas: mantener en buenas condiciones estos elementos para su operación.
- Componente ambiental: manejo eficiente del recurso hídrico, manejo de residuos sólidos y líquidos, protección de suelos, insectos benéficos y polinizadoras.
- Material de propagación: contar con un registro de aplicaciones de plaguicidas, censos de plagas y enfermedades.
- Nutrición del cultivo: plan de fertilización y aplicaciones.
- Protección del cultivo: el Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE), enfoque que busca combinar las ventajas de diferentes métodos de control de acuerdo con las condiciones de los cultivos.
- Personal: entrega de elementos de protección personal (EPP), registro de capacitaciones y planes de emergencias.
Con la implementación de las BPA se fortalece la sanidad agropecuaria y la calidad e inocuidad agroalimentaria de la producción primaria agrícola, a través de la adopción de prácticas enfocadas al manejo sostenible de los componentes: ambiental, social y económico.
Edgar Augusto Lozano, Gerente Seccional ICA en Casanare.
Para Luker Agrícola S. A. S., esta certificación no solo representa un reconocimiento de sus esfuerzos, sino también un compromiso renovado con la excelencia y la responsabilidad social y ambiental. Al cumplir con los estándares de calidad y seguridad alimentaria, la empresa no solo protege la salud de los consumidores, sino que también fortalece su reputación y competitividad en el mercado agrícola nacional e internacional.