Antes de ingresar a la Federación, Elzbieta Bochno Hernández trabajaba en el Ministerio de Agricultura y estuvo relacionada con el sector de la palma debido a asuntos concernientes a biocombustibles. En alguna reunión en la que estaba presente el expresidente de Fedepalma le dijo: “doctor Mesa, usted debería regalarme una palma”. Ella se refería a una planta real de palma y el presidente tomó el prendedor alusivo a una palma que llevaba en la solapa de su saco y se la puso. “Tiempo después cuando llegué a la Federación, señalando el prendedor de palma que tenía puesto en mi solapa, le dije al doctor: ‘este era un claro indicio que podía terminar aquí’”, rememora Elzbieta.
Elzbieta Bochno comenzó a trabajar en Cenipalma en julio de 2012 como Secretaria General. “Los 12 años que estuve en la organización fue una experiencia muy positiva. Creo que el sector palmicultor es un sector ganador que ha ido creciendo, cambiando y la Federación también ha crecido”, asegura.
A nivel personal, el paso por la Federación también fue significativo para Elzbieta: “Aunque ustedes no lo crean, porque todos ustedes me veían como una persona dura y regañona, yo me volví más suave. La edad ayuda a eso, a suavizarse un poquito. Entonces se pueden imaginar a Elzbieta hace unos años”, confiesa.
Una trayectoria muy satisfactoria
Lo que más valora Elzbieta de haber trabajado en la organización fue el haber aportado al sector palmero. “Creo que es un sector ganador, sostenible, que ayuda al desarrollo del país y contribuye al desarrollo de las regiones rurales. Cuando uno va a las zonas palmeras ve ese desarrollo y eso es lo principal. Creo que esa es una experiencia que nos pueden envidiar muchos otros sectores. Y en la Federación valoro mucho los amigos; aspiro a dejar varios amigos y que me extrañen un poco”, expresa.
De las experiencias que le han dejado un recuerdo muy especial fueron las celebraciones con los compañeros de trabajo y una que recuerda con especial cariño fue una realizada El Día de los Niños, en la que un gran grupo de Cenipalma se disfrazaron de los personajes de la película animada Shrek e hicieron presentaciones, y todos sus compañeros de Extensión interpretaron los personajes de la película Titanic. “Esa celebración del 31 de octubre fue espectacular; es la que más recuerdo. Las disfruté tanto porque creo que a mí me faltó eso en Polonia –yo soy polaca– y allá no lo celebran. Y creo que en mi niñez me faltó esa vivencia”, comparte.
Debido a todo lo grato que vivió, Elzbieta confiesa que extrañará mucho a la gente, a los palmeros y a sus compañeros de trabajo y, por todo eso, expresa su gratitud: “Me siento agradecida, agradecida con la vida, con Dios, con ustedes, con la Federación, con Colombia; en general, agradecida”.
Nuevos aires para una nueva etapa
Los planes que tiene Elzbieta al salir de la organización es seguir otro rumbo: “Me voy de Bogotá; me voy para Ibagué. Espero disfrutar esa etapa que voy a empezar. Es un gran cambio, porque a mí precisamente me gustan los grandes cambios. Yo no imagino quedarme en Bogotá y decir con pesadumbre todos los días: ‘¡ay!, mira, allí trabajaba’. Entonces no; me voy a otro clima, y espero disfrutarlo con mi esposo los años que nos quedan. Este año vamos a cumplir 40 años de casados, entonces lo que Dios nos tenga preparado. Eso espero”.
Y continúa compartiendo los sentimientos que le afloran al terminar su ciclo laboral en el sector palmicultor: “Como les dije a algunos amigos: me siento como la novia antes de casarse; así, con esa ansiedad ‘rica’, porque va a haber un cambio grande y espero que todo sea para mejorar”.
Como despedida, Elzbieta envió un breve, pero profundo mensaje a todos quienes forman parte de este gran sector: “Los invito a dar lo mejor de sí en todos los aspectos de la vida y a tener siempre esa palmita en el corazón”.
La Federación agradece a Elzbieta Bochno Hernández sus 12 años de trabajo, dedicación, compromiso y pasión por el sector palmero colombiano.