Por:
David Sánchez, Tecnólogo de Extensión Zona Norte de Cenipalma
Luis Alfredo Contreras , Auxiliar de Campo de Cenipalma
Gabriel Enríquez Castillo, Responsable de Extensión de Cenipalma
Leidy Montiel Ortiz, Extensionista I de Cenipalma
La tierra, el capital y la fuerza de trabajo se constituyen en factores claves de la producción, es así como el talento humano permite el incremento de las riquezas en una nación. Bajo esta premisa, los trabajadores son responsables, en gran medida, de los resultados obtenidos en las empresas, partiendo del conocimiento, y su aplicación asertiva, como el aliado estratégico para lograr objetivos. Sin duda, la educación y la formación desempeñan papeles importantes como fuentes de crecimiento y desarrollo de la sociedad. La relación costo-beneficio del dinero invertido en recurso humano puede considerarse mayor que la rentabilidad del capital físico, y la educación debe comprenderse como una inversión que arroja beneficios muy altos de retorno en cualquier organización.
La gestión del conocimiento constituye un eslabón importante en las organizaciones. Esta es inherente al desarrollo empresarial, por lo tanto, su éxito o fracaso dependen en gran medida de las habilidades y capacidades del talento humano. Por ello, la formación y capacitación de pequeños y medianos productores se convierte en un motor generador de cambio que aporta beneficios significativos a la productividad y a la competitividad del negocio palmero. El conocimiento aporta mejoras en la calidad de los procesos agronómicos, además de impulsar una asistencia técnica integral.
A nivel mundial, Colombia es el cuarto productor de palma de aceite. Cuenta con más de 6.500 palmicultores, de los cuales el 85 % corresponde a productores de pequeña escala, distribuidos en las cuatro zonas palmeras del país. La gran mayoría de ellos se encuentran vinculados a alianzas productivas estratégicas con Núcleos Palmeros, lo que les permite obtener, entre otros, beneficios representados en asistencia técnica. Sin embargo, no siempre es un servicio de calidad debido al número de hectáreas asignadas a los asistentes técnicos. Es así como la búsqueda de nuevas estrategias de formación para dicho grupo de palmicultores, que permitan articular acciones a través de instituciones públicas y privadas, con el objetivo transferir tecnología, garantiza la apropiación de nuevos conocimientos enfocados en el cierre de brechas no solo productivas, sino también de capital humano.
Otro de los problemas que afrontan los pequeños productores es el relevo generacional y la falta de mano de obra especializada para atender las necesidades del cultivo. En el caso particular de la subzona Curumaní-Tamalameque (Cesar), un gran número de ellos sobrepasan los 50 años; esta situación limita cada vez más su participación en las actividades relacionadas con el cultivo. Además, por otro lado, los hijos de los palmicultores emigran para estudiar carreras diferentes al agro o para trabajar en otros sectores de la economía, debido, en parte, al escaso conocimiento sobre el cultivo y los bajos rendimientos obtenidos en t/ha, factores que limitan la contratación constante de personal.
Ante la situación, para atender las necesidades del gremio palmicultor y fortalecer la agroindustria, desde la Dirección de Extensión del Centro de Investigación en Palma de Aceite (Cenipalma), a través del área de Formación y Capacitación, se ha asumido el compromiso prioritario de desarrollar capacidades humanas y contribuir con el cierre de brechas del capital humano, mediante convenios suscritos con entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), los cuales permiten el acceso a programas de formación para el trabajo a nivel de operario, auxiliar y técnico. Adicionalmente, se ha adelantado la gestión de programas de formación titulada tradicional. Con estas alianzas ha sido posible llevar formación a pequeños y medianos productores de la Subzona. Así mismo, gracias a la participación del Centro Agroempresarial de Aguachica, regional Cesar, se han adelantado procesos de capacitación en las modalidades de certificación por competencia laboral, formación complementaria y gestión. Actualmente se adelanta la planeación de un programa de formación titulada que se llevará a cabo en este año. También, ha sido posible impartir formación técnica-profesional con el Centro Industrial y del Desarrollo Tecnológico Regional de Santander.
Resultados en formación y capacitación
- Certificación de competencias laborales
Es un procedimiento mediante el cual el SENA reconoce el aprendizaje y la experticia adquiridos a lo largo de la vida laboral y certifica los conocimientos de los trabajadores. En la actualidad existen 11 cursos disponibles para el cultivo de palma de aceite. En la subzona de Curumaní se han adelantado procesos de certificación en las normas Cortar racimos de palma de aceite de acuerdo con criterios técnicos y Fertilizar el cultivo de acuerdo con sistemas y técnicas, con lo cual han resultado beneficiadas más de 103 personas, entre productores, sus productores y trabajadores de diferentes plantaciones de pequeña y mediana escala ubicados en los municipios de Chiriguaná, Curumaní, Pailitas y Chimichagua, todos pertenecientes a Cesar.
Estadísticas relacionadas con esta actividad indican que el 69 % de la población beneficiaria de la formación dedicada a las actividades relacionadas con el cultivo de palma de aceite en esta subzona tiene edades comprendidas entre los 26 y los 45 años (Figura 1). A nivel de formación académica, 66% cuenta con educación básica primaria, 15 % con ningún nivel de escolaridad y solo 8% terminó la secundaria (hasta el grado 11o) (Figura 2). Cabe destacar que apenas una minoría ha logrado avanzar en estudios de nivel técnico o tecnólogo.
- Formación complementaria
Uno de los requerimientos esenciales para lograr la sostenibilidad es el manejo responsable de los recursos naturales que se involucran en el proceso productivo. Para los productores de pequeña escala la gestión adecuada de estos recursos se convierte en una prioridad. Por esta razón se han creado con el AgroSENA dos cursos de formación complementaria no mayores a 40 horas; el primero de ellos enfocado en el manejo adecuado de residuos agroquímicos, y el otro en buenas prácticas agrícolas. Se espera ponerlos en marcha durante el primer semestre del año 2022.
- Formación continua especializada
Gracias al convenio CO1.PCCNTR 2551903 de 2021 suscrito entre el Sena y la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) se logró la formación de 12 personas de la subzona, entre técnicos, administradores y profesionales, en el curso especializado Calibración de equipos de aspersión en la empresa palmera, desarrollado por Cenipalma y Solidaridad.
- Formación para el trabajo de niveles técnico y tecnológico
En la actualidad se destaca la participación de ocho jóvenes que iniciaron la formación técnica en cultivo y cosecha de palma de aceite, en octubre del año pasado. Esta se adelantó en entornos de aprendizaje virtual del Centro Industrial y del Desarrollo Tecnológico Regional de Santander. Actualmente se encuentra en construcción el programa de Tecnólogo en producción agrícola, a través del Centro Agroempresarial de Aguachica, con sede en Curumaní, y se ejecutará en el primer semestre de 2022. Con este, se busca beneficiar a más de 40 jóvenes dedicados en su mayoría a labores propias del cultivo de palma de aceite. Así mismo, el propósito fundamental es potenciar la disponibilidad de recurso humano capacitado en la subzona y disminuir las migraciones de muchos jóvenes descendientes de productores a otros sectores, lo que significa un aporte valioso al relevo generacional. La formación hace énfasis en enseñarles a los jóvenes el manejo eficiente y sostenible del negocio palmero.
Conclusiones de los beneficiarios
Los Núcleos Palmagro S. A. y Extraxtora Palmariguaní destacan su interés en continuar trabajando para fortalecer la competitividad de los pequeños y medianos productores en esta región. Concuerdan en que el conocimiento es clave para incrementar los niveles de productividad, sobre todo en los pequeños agricultores que carecen de apoyo institucional, acceso a recursos y tecnología. Más de 60% de los beneficiarios de procesos de formación pertenecen al Núcleo Palmagro S. A., y en menor proporción a la Extractora Palmariaguaní S. A.
Para José Ángel Moreno, pequeño productor del Núcleo Palmagro S. A., llevar formación de este tipo a las regiones es una oportunidad invaluable que beneficia principalmente a los pequeños productores. Al respecto manifestó lo siguiente: “Tengo 54 años, de los cuales 14 los he dedicado a la palmicultura. Mi deseo es que mis hijos se capaciten en esta actividad y continúen abanderando el negocio, pilar fundamental de nuestra economía”.
Por su parte, Felipe Hernández, pequeño palmicultor de Palmagro S. A., afirma que “certificar nuestra experiencia y conocimiento es importante; la construcción del saber debe ser articulada con todos los actores del sector. De esta manera el aprendizaje se convierte en hechos, por ejemplo, en mejores prácticas para nuestros cultivos”.
Los beneficiarios agradecen a Fedepalma, Cenipalma, el SENA, Palmagro S. A., y Extractora Palmariguaní S. A., actores claves en esta política, por hacer realidad los procesos de formación y capacitación y contribuir así al desarrollo de una palmicultura inclusiva y sostenible.
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