martes, 18 de noviembre de 2025 - ISSN en línea 2744-8274

Caracterización de los palmicultores, otro gran logro para el cierre de brechas

Caracterización de los palmicultores, otro gran logro para el cierre de brechas
Foto: archivo Cenipalma

*Edición especial abril de 2025

Este ejercicio tiene como propósito fortalecer los planes de asistencia técnica, con base en el perfil socioeconómico de los productores. Las cifras recogidas trazan un nuevo rumbo en la prestación de servicios gremiales.

Prestar un servicio a la medida de las necesida­des reales de los palmicultores, es el propósito de la caracterización de los productores que se viene haciendo desde 2021 y que en 2024 cu­brió, específicamente, a los cultivadores de me­nor escala.

Los datos arrojados son la materia prima para inspirar nuevos programas de apoyo por parte del gremio y para el ajuste de otros que vienen andando.

La medición muestra tendencias propias del sector palmicultor en general, adicional a las es­pecificaciones propias de cada una de las zonas palmeras.

Si bien fueron medidos varios factores como demografía, educación, economía, vivienda, servicios públicos, salud, producción y fuerza laboral, pobreza y alimentación, hay indicado­res que llaman poderosamente la atención del Equipo de Extensión Social de Cenipalma, en­cargado de liderar el tema. Entre ellos, el hecho de que no haya incentivos para que generacio­nes jóvenes ingresen a la palmicultura, lo cual ha ocasionado que buena parte de los productores que iniciaron el negocio hace treinta años sigan a cargo del mismo, la baja visibilización de la participación de la mujer, las características de sus familias y las condiciones, ajenas a la palma, pero coincidentes en el país, que impactan en la pobreza multidimensional, entre otros.

En el primer caso, se encontró que existen mu­nicipios palmeros en donde el 75% de los pro­ductores ya hacen parte del grupo poblacional de la tercera edad, lo cual trae una serie de impli­caciones para ellos y para el cultivo. Se trata de personas que ya no se sienten en capacidad de innovar, de invertir o de adaptarse a las nuevas condiciones y exigencias del negocio en materia fitosanitaria, ambiental y social.

Según lo expresa Óscar Alfredo Sanabria, exlíder del Equipo de Extensión Social, algunos produc­tores manifiestan sentirse satisfechos con las condiciones actuales de su cultivo y no tienen in­terés en aplicar nuevas tecnologías o renovarlos.

Así las cosas, la dificultad para vincular a este tipo de personas a programas de asistencia téc­nica se incrementa y exige esfuerzos adicionales para lograr que implementen las mínimas mejo­res prácticas. La tarea, afirma Sanabria, consis­te en dignificar a este grupo de personas que iniciaron un negocio próspero, en buena parte de los casos como mecanismo de sustitución de cultivos ilícitos, pero quienes se fueron quedan­do rezagados frente a las exigencias del merca­do de aceite de palma.

Adicional, se encontró que muchos de los adultos mayores viven solos en sus fincas, y si bien cuentan con familia, estas no están vinculadas a la actividad: gracias a él, los hijos pudieron alcanzar mayores niveles de escolaridad y ya no están dispuestos a asumir un cultivo que, por ser de pocas hectáreas, no les daría para cumplir sus expectativas económicas.

Esto, a pesar de que la información recogida da cuenta de que el 59,42% de la totalidad de los palmicultores hacen parte de hogares típicos integrados por esposa, hijos y, algunas veces, abuelos u otra persona adicional, lo cual se co­noce como hogares nucleares.

Por zonas

Gracias a la caracterización socioeconómica, lograda por el trabajo mancomunado entre Cenipalma y los núcleos, es posible tener claridad sobre las características particulares de los productores en cada zona palmera, lo cual sienta las bases para trazar estrategias de asistencia técnica planificada que respondan a las realidades contextuales en cada región.

Zona Central

  • El 4,58% de las personas en los hogares de los palmicultores NO saben leer y escribir.
  • Es imperativo resignificar el rol educativo de la asistencia técnica fortaleciendo los métodos de extensión con una metodología adaptada a las diferentes capacidades de aprendizaje de los palmicultores.
  • Dada la tendencia hacia las altas edades de los palmicultores y la escasa participación de mujeres palmeras, que alcanza el 31%, es necesario implementar estrategias de relevo generacional y fortalecimiento del rol de la mujer desde la asistencia técnica.

Zona Norte

  • Se identifica una progresiva incorporación de las TIC mediante las actividades de ocio y aprendizaje.
  • El 69% de los productores prefieren el uso de WhatsApp, 46% Facebook y 21% YouTube
  • Los predios palmeros cuentan con cultivos complementarios para la producción doméstica y como apoya a la seguridad alimentaria y económica de las familias.
  • El 36% desarrollan cultivos frutales, el 28% tubérculos, el 27% gramíneas y el 3% legumbres.
  • Estos cultivos se desarrollan en aproximadamente 43.831.060 metros cuadrados dentro de los predios de producción palmera de la zona.

Zona Oriental

  • El 28% de los productores son mujeres dueñas de sus cultivos y la mayoría cuenta con un administrador.
  • Están localizadas hacia la subzona del Casanare.
  • Predominan los productores de mediana y gran escala.
  • El 94% de los productores saben leer y escribir.
  • 46,9% cuentan con estudios de primaria, 9,6% tecnólogo, 34,9% profesional y 8,6% estudio de posgrado.  

Zona Suroccidental 

  • La palma de aceite es la principal actividad económica, aunque tengan otros cultivos.
  • 91% tienen cultivos menores a 20 ha.
  • 75% tienen predios de menos de 10 ha.  
  • El 36% de los productores son mujeres.
  • Los palmicultores se encuentran mayoritariamente entre 40 y 65 años.
  • 80% de los productores de Tumaco se identifican como afrodescendientes; mientras que a nivel nacional este valor es del 23%.  

El papel de la mujer en el cultivo 

Foto: archivo Cenipalma

En cuanto a la participación de la mujer, se en­contró que de cada 100 palmicultores empo­derados del negocio, solo 30 son mujeres, esta cifra resulta desbalanceada frente al crucial papel que ellas cumplen en las plantaciones, al brindar permanente apoyo en labores como lle­var la contabilidad, pagar jornales, preparar los alimentos para los trabajadores, entre muchas otras. De ahí que la propuesta sea hablar más de las familias palmicultoras que de palmicultores de manera individual.

Otro de los factores medidos es el que involu­cra el bajo nivel de escolaridad, el empleo infor­mal -el no acceso a pensiones- y la calidad de las fuentes de agua, lo que se define como pobreza multidimensional y que es diferente a la pobreza económica que mide únicamente el acceso a la canasta básica.

De acuerdo con los resultados de la caracteriza­ción 19% de los palmicultores se ven afectados por la pobreza multidimensional, mientras que solo el 7% manifiestan padecer pobreza monetaria.  

Justamente los resultados de la caracterización dejan en evidencia que existe una desconexión entre la realidad y los esquemas de asistencia técnica tradicionales, por ejemplo “no tenemos capacidad de hacer asistencia técnica con poblaciones de adulto mayor, ni en territorios en conflicto”, afirma Sanabria.

De ahí que, en adelante, es estratégico y opor­tuno tomar las cifras de la caracterización socioe­conómica como materia prima para el diseño, planeación y ejecución de acciones tendientes al mejoramiento dele la asistencia técnica.  

Mano de obra, el reto 

La caracterización socioeconómica ha mostrado que el 72% de los productores son de menor es­cala, el 26% de mediana escala y el 2% de gran escala. Sin embargo, es evidente que sin impor­tar la escala de producción, la escasez de mano de obra para las labores agrícolas es otra de las talanqueras que demanda mayor atención.

La mayoría de los trabajadores son contrata­dos por jornal, lo que los lleva a saltar de sitio en sitio. Esta forma de contratación tiene un peso particular en los productores de menor escala, donde el 84% contrata jornaleros y el 15,06% contrata trabajadores por el salario mínimo. En el caso de los productores de mediana esca­la, los porcentajes cambian un poco, ya que el 52,20% contrata por jornal y el 47,42% trabaja­dores por el salario mínimo. En los productores de gran escala, la carga está dividida entre jor­naleros con un 45,75% y trabajadores con salario mínimo, con un 53,85%.

A esta situación de escasez de mano de obra se suman las dificultades que se presentan para lograr que los jóvenes releven a sus padres pal­meros y se hagan cargo del negocio.


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