Por:
Juan Sebastián Moreno, Asistente de Comunicaciones Zona Central
Ana Lucía Preciado Klinger nació en Tumaco, Nariño, y desde hace 16 años decidió trasladarse a la región de Cantagallo, en el sur de Bolívar, para apostarle al campo colombiano e iniciar un proyecto con cinco hectáreas de palma de aceite junto a su familia que tiempo después les cambiaría la vida por su alta rentabilidad, sostenibilidad y producción.
Esta tumaqueña de 50 años, resalta que cuando su cultivo comenzó a generar cosechas, el precio de comercialización del fruto estaba muy bajo y en algunas ocasiones le comentaba a su esposo que no era tan buen negocio invertir sus recursos en la plantación.
Hoy en día es muy diferente. Con el paso de los meses y al ver que el precio del fruto iba subiendo, empezamos a sembrar más palma y ya contamos con 18 hectáreas de material Elaeis guineensis e híbrido.
Ana Lucía Preciado Klinger, palmicultora sur de Bolívar.
También agregó que para ella la palma de aceite ha sido una bendición, aunque desafortunadamente en pandemia su esposo falleció y los conocimientos que tenía sobre el sector eran muy poco, porque él era el encargado de darle el manejo a la finca.
Después de que él falleció me tocó tomar las riendas, aprender sobre la palma de aceite y capacitarme e implementar todo el conocimiento que he adquirido y esto me ha generado buenas productividades. Agradezco al Núcleo Vizcaya porque han sido parte fundamental en todo este proceso.
Ana Lucía Preciado Klinger, palmicultora sur de Bolívar.
Generación de empleo en su cultivo
En la actualidad, Ana Lucía genera seis empleos: tres directos y tres indirectos, y añade que su personal se encuentra contento porque se sienten identificados porque de la palma ha podido aportar y sostener los salarios de sus colaboradores.
La palma es un proyecto muy sostenible y que a veces hay dificultades que se van superando día a día. Es importante que empresas como Cenipalma continúen con la investigación para seguir avanzando. La palmicultura nos mantiene como clientes y como familias.
Ana Lucía Preciado Klinger, palmicultora sur de Bolívar.
Ana les recuerda a los palmicultores del sur de Bolívar que cada día es un reto de superación y que se le ha apostado a un buen cultivo que es la palma de aceite y por lo que hay que seguir adelante.